Padecer una enfermedad como el Parkinson requiere una intervención médica y profesional lo antes posible, pues la detección precoz de esta patología influirá decisivamente en poder otorgar al paciente una mejor y más prolongada calidad de vida a pesar de los efectos que lleva asociados.
En Satein, como profesionales del acompañamiento y tratamiento de pacientes de muchos tipos, también trabajamos con personas que sufren de la enfermedad de Parkinson y podremos ayudar no sólo en los cuidados de estas sino estando pendientes de las diferentes señales que avisan de los avances o cambios en el desarrollo de la misma.
Las diferentes formas en las que el Parkinson puede dar señales de su existencia.
Como hemos dicho, la detección temprana es valiosísima para contener una enfermedad que, a día de hoy, sigue siendo degenerativa y que va mermando las facultades, movimientos y autonomía de los afectados.
Cuando hablamos de Parkinson nos referimos a un deterioro progresivo de determinadas funciones del cerebro que va dejando de producir dopamina a causa de la muerte de las células capaces de generar esta sustancia tan necesaria.
Algunos de las señales de alarma que vamos a detallar son igualmente comunes en situaciones que no deben entrañar preocupación, sin embargo, la suma de algunos de ellos o el empeoramiento progresivo de uno o varios de los síntomas deben ser tenidos muy en cuenta y compartir con los especialistas médicos para su estudio.
1.- Temblores: el signo más común y propio de esta patología. Afecta a todas las extremidades y suelen ir de menos a más, pudiendo aparecer en un solo lado y con el tiempo extenderse a todo el cuerpo.
2.- Estreñimiento: aunque sea una circunstancia muy común, es un factor más de esta enfermedad.
3.-Hablar cada vez en un tono más bajo: es un rasgo común del avance de esta enfermedad, que podemos notar al comunicarnos con los afectados, aunque ellos no suelen ser conscientes.
4.- Movimientos bruscos durante el sueño: se describen como patadas incontroladas, movimiento constante, incluso caídas de la cama.
5.- Rigidez corporal: que dificulta los movimientos, la agilidad y los desplazamientos.
6.- Pérdida del olfato: aunque es un signo que últimamente tenemos muy presente por la pandemia de COVID-19, es un rasgo de siempre asociado a este tipo de pacientes de Parkinson.
7.- Disminución de la expresión facial: la rigidez de los músculos de la cara impide los gestos habituales que acompañan a la comunicación en la cara cuando hablamos y nos expresamos.
8.- Escribir con letra más pequeña de la habitual: es otro rasgo el ir disminuyendo el tamaño de la letras sin que ese sea el que habitualmente se ha usado al escribir, tendiendo incluso a dejar muy poco espacio entre palabras.
9.- Curvatura de la espalda: las personas con esta enfermedad pueden empezar a adoptar esta postura de espalda encorvada aun cuando no tengan edad suficiente para ello por no ser ancianos.
10.- Falta de equilibrio: los mareos, desmayos, pérdida de estabilidad al cambiar de postura o al ponerse en pie ocurren habitualmente.
Ante cualquiera de estos síntomas de forma repetitiva, bien por separado o asociados algunos de ellos, debemos ponernos en contacto con los servicios médicos para determinar si se trata de la enfermedad de Parkinson, sabiendo que existen tratamientos con que contenerla y retrasar su avance así como profesionales del cuidado de estos enfermos como los que integramos el equipo de Satein.