Cuando nos hacemos mayores, no solo nos salen arrugas. A medida que cumplimos años, nuestro cuerpo va sufriendo muchos cambios, entre ellos la pérdida de la psicomotricidad y el deterioro de las capacidades de las capacidades funcionales y sensoriales. Por eso, cuando vamos acercándonos a la tercera edad, lo mejor es trabajar y estimular la psicomotricidad.
¿Qué es exactamente la psicomotricidad?
La psicomotricidad engloba todos aquellos aspectos relacionados con la función motriz, es decir, todas las habilidades que están vinculadas al movimiento corporal. Además también abarca aspectos que tienen que ver con el componente cognitivo y socioafectivo. Por tanto, la psicomotricidad se encarga de establecer los vínculos entre estos aspectos. Desde el punto de vista más técnico se sitúa dentro de las disciplinas de la Terapia Ocupacional u aborda el deterioro físico y cognitivo de las personas mayores.
Objetivos del trabajo de psicomotricidad en las personas mayores
Trabajar la psicomotricidad en las personas mayores tiene varios objetivos marcados:
- Ser consciente del propio cuerpo y de sus cambios, sobre todo a darnos cuenta de cómo se comporta cuando está en movimiento y cuando está en reposo.
- Mejorar el equilibrio, la fuerza y la coordinación.
- Reducir la tensión tanto a nivel físico como a nivel emocional.
- Mejorar la respiración
- Promover el desarrollo motor así como el control de los movimientos involuntarios.
- Ofrecer herramientas de adaptación a las rutinas diarias superando las limitaciones del envejecimiento.
- Mejorar la calidad de vida, las relaciones sociales y el estado de ánimo.
Seguir unas buenas rutinas de psicomotricidad en las personas mayores traerá muchísimos beneficios:
- Aumentará su seguridad, su autoestima y su autocontrol.
- Tendrá calidad en su descanso
- Se comunicarán mejor con su entorno.
- Será una persona más autónoma.
- Tendrá una visión más optimista de lo que implica el envejecimiento
- Se ralentizará el deterioro físico impuesto por la edad.
- Prevendrá patologías como el Alzheimer, el Parkinson o la osteoporosis.
¿Qué juegos funcionan para trabajar la psicomotricidad en las personas mayores?
Pues son muchas las opciones que tenemos para trabajar la psicomotricidad en las personas mayores.
- Gimnasia suave: a través de ejercicios sencillos como la elevación de las extremidades, la rotación de las articulaciones o simular que se escriben palabras en el aire para que el cuidador las adivine, se trabajan aspectos tan importantes como la coordinación dinámica, el esquema corporal y la flexibilidad.
- Baile: El baile cura todos los males y además es un gran ejercicio físico ¡Bailar hace a las personas felices! Por lo que es un gran juego para trabajar la psicomotricidad en las personas mayores. Se pueden incluir juegos para el control motriz como el de quedarse totalmente inmóvil cuando se para la música.
- Juegos de mesa: cualquier juego de mesa es una buena excusa para trabajar la memoria, las habilidades sociales, la toma de decisiones o la comunicación. Desde algo tan sencillo como el parchís hasta juegos complicados como el ajedrez o juegos dinámicos en familia, como los basados en la mímica y la expresión corporal, cualquiera de ellos explora las ventajas del entrenamiento psicomotriz desde su perspectiva más lúdica.
- Actividades con mascotas: Las mascotas ayudan mucho a las personas mayores. Lo ideal es practicar actividades al aire libre, pero si no puede ser, el simple hecho de cepillarles el pelo sirve para trabajar la fuerza y la coordinación. Además de ser un buen anti estrés.
- Manualidades: colores, texturas, formas y tamaños. Todas las variables de los materiales que se emplean en los trabajos manuales suponen un estímulo para los sentidos. Sácales provecho para mantener las mentes en activo con recortables, artículos de decoración para fechas especiales o pequeños objetos para regalar a amigos y familiares.
Así que ya sabes cómo trabajar la psicomotricidad con las personas mayores ¡Pruébalo y verás mejorías en las personas mayores que tienes alrededor!