Los cuidados paliativos son aquellos que se realizan para mejorar la calidad de vida y el bienestar de un enfermo o persona mayor en una situación de enfermedad grave avanzada, degenerativa o terminal. Una vez diagnosticada la situación, con los cuidados paliativos se busca mejorar tanto el bienestar físico (dolores) como psicológico de la persona; evitando otros efectos negativos derivados de su situación. Aunque existen unidades de cuidados paliativos en los hospitales no son pocas las familias que optan por tener a su familiar en casa en estos momentos en los que se está acercando el final de su vida.
No es fácil asimilar la posibilidad cercana de que perdamos a un ser querido; y afrontarla en nuestra casa requiere de una preparación y mucha fortaleza. En muchos aspectos necesitaremos del apoyo de profesionales sanitarios o cuidadores profesionales para poder llevar a cabo una correcta atención del enfermo, ya que se pueden requerir conocimientos específicos de los que nosotros carecemos. Sin embargo, con nuestro cariño y el cuidado emocional de nuestro familiar sí podemos contribuir enormemente en facilitar este tránsito.
Si estamos en esta situación y vamos a realizar cuidados paliativos en el hogar, ya sea en nuestra casa como en el domicilio del enfermo, debemos tener claro los siguientes puntos.
- Para afrontar esta situación tenemos que ser conscientes de lo que ocurre y de que el desenlace será el fallecimiento del familiar.
- Los cuidados paliativos no van a curar al enfermo, van a ayudarle a vivir de la mejor forma posible esos momentos.
- Vamos a necesitar la ayuda profesional de médicos, enfermeras, fisioterapeutas, nutricionistas y personal de asistencia domiciliaria o ayuda en domicilio. Y todos somos un equipo que buscamos el bien de su familiar.
- Es posible que nosotros mismos necesitemos ayuda psicológica para poder afrontar la situación sin que llegue a superarnos.
Las personas que profesionalmente se ocupan de cuidar a enfermos con cuidados paliativos requieren de una formación específica para ello. Son varios los aspectos que se deben tener en cuenta, siempre en acuerdo con la familia y en colaboración con los profesionales sanitarios que atienden a la persona mayor.
La persona que asiste en el domicilio debe encargarse de cuidar los aspectos físicos de la persona (aseo personal, movilidad, intentar que ande, etc.). También será su función cuidar la alimentación del anciano o del enfermo de acuerdo a las pautas indicadas. El cuidado emocional del paciente es fundamental, dar cariño e intentar que socialmente pueda continuar relacionándose (si su situación lo permite) o mantenerse mentalmente activo son aspectos que también deben tenerse en cuenta. El cuidador o cuidadora es la persona que más tiempo pasa con el enfermo por ello es muy importante que observe y detecte cambios en la persona enferma (físicos o psicológicos, desgana, falta de apetito, tristeza, miedo…); esto ayudará a que otro profesional pueda intervenir: bien modificando una medicación, suministrando suplementos alimenticios o dando soporte y apoyo psicológico.