El cuidado de una persona mayor con algún tipo de problema de movilidad o dependencia es un trabajo que requiere de mucha dedicación y paciencia. Pero también exige esfuerzo físico, pues debemos tener la capacidad (y el conocimiento) para poder mover a los pacientes, bien sea para incorporarlos de la cama, para pasarlos a la silla de ruedas o para acudir al baño.
Consejos para realizar los cambios posturales
Cuando cuidamos de una persona que está encamada es de vital importancia realizar cambios posturales cada ciertas horas para evitar la aparición de llagas, úlceras y dolores que pueda sufrir el paciente.
A la hora de realizar estos cambios hay que seguir unas pautas concretas para evitar riesgos como caídas o daños en la persona enferma, pero también en el cuidador. Pues una postura mal ejecutada o la carga excesiva de peso puede provocar lesiones musculares.
Existen tres principales técnicas de cambios posturales para personas encamadas:
- Fowler. Consiste en poner al paciente en una posición semi sentada, incorporando el cabecero de la cama a unos 45-60 grados. Flexiona un poco sus rodillas colocando una almohada o cojín detrás de la corva.
- Lateral. Para esta postura sitúa a la persona de costado y pon una almohada en su cabeza y otra en la espalda, para que esta esté bien apoyada. Los pies deben quedar en ángulo recto. Se debe ir alternando entre el lado izquierdo y el derecho.
- Supino. Es la postura boca arriba. Para que el paciente esté cómodo, coloca una almohada en su cabeza y otra debajo de las rodillas.
En estos casos y, siempre que se pueda, lo mejor es contar con la ayuda de cuidadores cualificados que aseguren la salud de los pacientes y que conozcan a la perfección todas las técnicas necesarias para su cuidado.
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